Las habilidades motoras son aquellas que te permiten realizar los movimientos que necesitas en tu vida diaria. Desde sostener tu celular, tomar un café, darte una ducha, hasta los movimientos que requieren mayor habilidad y coordinación como dibujar, escribir, tocar el piano, etc. Esto es lo que llamamos motricidad fina y gruesa y se desarrolla durante la primera infancia (Verywell, 2022).
Por esto, es de mucha importancia que se brinde espacios para desarrollarlas, de manera que le ayudes a tu hijo, a ser capaz de alcanzar su máximo potencial (Verywell, 2022). A continuación, te contamos cómo puedes hacerlo.
¿Qué es la motricidad fina y gruesa y por qué es de suma importancia?
Podemos definir la motricidad fina y gruesa de la siguiente manera (Verywell, 2022):
- Motricidad fina: es aquella que requiere el uso de músculos pequeños. Con ellos logras realizar movimientos de manos y muñecas que requieren mucha precisión, como usar los cubiertos o dibujar.
- Motricidad gruesa: son los movimientos que tienen que ver con músculos más grandes, como los de la espalda y el abdomen. Esta nos permite el equilibrio al caminar o andar en bicicleta. También se encarga de la fuerza física y coordinación para hacer movimientos con todo el cuerpo como correr y saltar.
El desarrollo de habilidades motoras en los niños es fundamental para su crecimiento y aprendizaje. Por lo general, los niños las desarrollan de manera gradual y a intervalos de edades espec íficas, lo que les permite alcanzar las capacidades e independencia requeridas en la edad adulta. Estas habilidades también forman parte de su experiencia de aprendizaje (GOV.UK, 2023).
Por lo tanto, es de suma importancia que los niños adquieran estas habilidades a partir de la estimulación temprana. Un niño con dificultades motoras no podrá jugar, aprender y socializar al mismo ritmo que los demás, lo que puede afectar su desarrollo y bienestar (Verywell, 2022).
Aprende a estimular la motricidad fina y gruesa
Puedes ayudar a tu pequeño a alcanzar su máximo potencial al estimular el desarrollo de su motricidad fina y gruesa a través de juegos lúdicos, ejercicios, etc. Aquí te dejamos una lista de opciones de actividades que puedes realizar con él.
Estimulación de los movimientos finos
Estas actividades pueden ser la excusa perfecta para tirarte al suelo con tu bebé y compartir tiempo de calidad con él. En las edades más avanzadas pueden ayudarte con las tareas de la casa y convertirlas en un juego. Algunos ejemplos que puedes poner en práctica son (Mozafaripour, 2020).
- Colorear animales, formas y figuras. Esto le ayudará a fortalecer la estabilidad en los músculos de la muñeca.
- El uso de herramientas como tijeras también puede desarrollar la fuerza de la mano y la coordinación de mano-ojo. Recuerda supervisar estas actividades.
- Imitar dibujos en papel de cuadrículas. Esto les ayuda en su práctica motora. Además, les permite comprender la relación de las formas y las proporciones.
- Dibujar.
- Doblar la ropa o colgarla con una pinza.
- Exprimir arcilla, slime o un material parecido.
- Abrir y cerrar botellas.
- Clasificar y apilar objetos.
Estimulación de los movimientos gruesos
Las actividades que se realizan para estimular la motricidad fina y gruesa pueden ser muy divertidas y una buena oportunidad para compartir tiempo con los más pequeños. Recuerda estar presente en cada una de ellas para ser garante de su seguridad. Algunas opciones son (Morin, S.f.):
- Cama elástica o trampolín. Es una excelente actividad para mejorar el equilibrio. Ya sea en un parque con otros niños o una versión mini en casa, de seguro se convertirá en una de las actividades favoritas de tu hijo y es muy buena para el desarrollo de su motricidad fina y gruesa.
- Rayuela o golosa. Recuerdas ese viejo juego, donde rayabas el piso y brincabas de uno a uno todos los cuadros numerados. ¡Exacto! Ese mismo juego será una gran opción para desarrollar el equilibrio de tu pequeño.
- Clases de artes marciales. Es una buena manera de ayudarlos a desarrollar fuerza en brazos y piernas.
- Juegos de globos y burbujas. Pueden perseguirlos, intentar explotarlos, saltar y correr. Para los mayores se puede utilizar un juego más estructurado como el voleibol.
- Aprender a manejar triciclo, bicicleta o scooter. Asegúrate de empezar por el vehículo que se le resulte más fácil y no olvides el casco.
- Bailar. Tan simple y divertido como poner su música favorita y moverte con él.
- Carreras de obstáculos. Usa muebles, almohadas y mantas para crear áreas que necesiten gateo, saltos y pasar a través de ellas.
¡Es hora de estimular la motricidad fina y gruesa de tu pequeño!
Es importante no forzarlo y permitir que él descubra cuando es el momento indicado para alcanzar un nuevo nivel. Evita hacer comparaciones con otros niños y recuerda que nunca es demasiado temprano para empezar.
El incentivo adecuado y tu compañía en el proceso son la mejor combinación para lograr desarrollar su motricidad fina y gruesa. Por último, si crees que se le está dificultando el proceso o presenta problemas como déficit de atención, confía en tu instinto y no dudes en acudir con un médico especialista en el tema para que te asesore.