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relaciones interpersonales

Las relaciones interpersonales sanas forman parte de una vida saludable. Pues, tanto la cantidad como la solidez de las relaciones sociales que sostenemos afectan nuestro bienestar social, emocional y físico.

Por ello, no podemos subestimar la relevancia de nuestras relaciones. Dado que ellas contribuyen a que seamos más felices, ayudan a que nos sintamos más seguros de nosotros mismos. Además, fomentan nuestra satisfacción con la vida.

Las relaciones interpersonales y el estilo de vida saludable

La ciencia ha demostrado el lazo que existe entre las relaciones interpersonales y la salud. Sheldon Cohen (2017), psicólogo de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, sostiene que las personas con más conexiones tienden a tener más conductas saludables. Cohen se basa en las investigaciones que ha hecho sobre el tema desde hace más de tres décadas.

Esta relación la demostró también una investigación publicada por PlosMedicine. Consistió en un análisis de los hábitos sociales de más de 300.000 personas de una media de edad de 71 años. Los resultados confirmaron la influencia de las relaciones sociales en un mejor estado de salud y una mayor longevidad.

¿A qué se debe esto? Las relaciones interpersonales no solo implican compañía. También son el sostén en momentos de dificultad. Además, constituyen una influencia positiva para obtener hábitos de vida saludable. Pues sentirse apoyado facilita adquirir o cambiar hábitos para mejorar la salud; como ejercitarse, por ejemplo.

¿Cómo establecer relaciones interpersonales de calidad?

A lo largo de nuestra existencia, las relaciones interpersonales cumplen distintos objetivos, familiares, amigos, vecinos, compañeros de estudio, pareja y  compañeros de trabajo. Sin importar qué tipo de vínculo sea, las relaciones interpersonales son parte importante en nuestra vida social. Repercuten directamente en nuestro desarrollo integral como seres humanos.

Sin embargo, no siempre es sencillo establecer relaciones con otras personas. Tampoco mantener relaciones sanas que fomenten nuestra salud. Por ello, es importante conocer y poner en práctica algunas estrategias que nos permitan desarrollar lazos fuertes. Pero esto depende de la etapa de vida en la que nos encontremos. Así como del propósito que tenemos al querer desarrollar nuestras relaciones sociales.

Aprender de los demás: Las relaciones interpersonales en la juventud

La Juventud es la etapa de la vida del ser humano que precede a la adultez. Podemos ubicarla entre los 18 y los 25 años.

Durante esta etapa se crean lazos muy fuertes con los amigos. Los cuales no sólo son importantes para asistir a actividades sociales. También para sentirnos apoyados y acompañados en momentos de incertidumbre.

En este sentido, las relaciones interpersonales son un elemento esencial en la juventud. A través de ellas, los jóvenes adquieren habilidades sociales y refuerzan su visión de sí mismos.

Es un momento maravilloso para desarrollar relaciones sociales. Pues el autoconocimiento que alcanzamos en esta etapa, junto con los deseos de aprender, enriquecen la interacción con los demás.

La adultez y las relaciones interpersonales: lazos para toda la vida

Podemos definir la adultez como la etapa que va desde los 25 a los 60 años de edad. En ella, las relaciones interpersonales se ven favorecidas por la estabilidad y el equilibrio que logran las personas. Pero existe un elemento que marca considerablemente los lazos en la adultez. Tiene que ver con el incremento en la cantidad de relaciones sociales. Ya que ahora no sólo se nutren con los lazos familiares o de las amistades cercanas. Sino también con los vínculos que se construyen en el trabajo. En el ambiente laboral las relaciones sociales significativas tienen un rol básico en la satisfacción y la productividad.

¿Qué nos ofrecen las relaciones interpersonales en la vida adulta?

Las relaciones interpersonales entre los adultos proporcionan apoyo. Pero además son útiles para compartir experiencias y recuerdos. Igualmente, permiten la colaboración y la asociación para el logro de objetivos compartidos. Así que, en esta etapa, las relaciones interpersonales se alimentan de las buenas conversaciones; del valor que tiene el tiempo que se comparte, y de las experiencias que se viven y se recuerdan para toda la vida.

De esta manera, es posible decir que, en la adultez, las relaciones interpersonales son más decisivas para tener calidad de vida.

3 habilidades esenciales para desarrollar relaciones interpersonales saludables

El objetivo en las relaciones interpersonales es el bien mutuo. Una persona contribuye con la satisfacción de la otra. Por ello, cuando se trata de relaciones sociales, no basta la cantidad. Es necesario tomar en cuenta la calidad de los vínculos que establecemos. Las relaciones interpersonales saludables aportan beneficios a nuestra salud mental y física.

Pero, ¿cuáles son las habilidades que se requieren para construir relaciones interpersonales saludables? He ahí el meollo del asunto. Existen distintas habilidades para tener relaciones interpersonales positivas. A continuación, mencionaremos algunas que consideramos esenciales para construir lazos sanos con los demás.

Empatía

La empatía se encuentra entre las habilidades para la vida propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Consiste en la capacidad de conectarse con las necesidades de las demás personas. En otras palabras, “ponerse en los zapatos del otro”.

Esta habilidad influye en nuestras interacciones, pues está relacionada con la escucha activa. Así como con la necesidad de alejarse de los juicios y prejuicios para comprender las opiniones o acciones de una persona.

Comunicación asertiva

Ser asertivo significa expresar con claridad las opiniones o sentimientos propios, respetando las emociones y opiniones de los demás. Esta destreza tiene que ver con el respeto hacia los otros.

Es una habilidad social importante para tener relaciones exitosas con otras personas. La asertividad es esencial “sobre todo en situaciones complicadas, como puede ser expresar opiniones personales, incluido el desacuerdo” (Suárez, E., 2020).

Manejo de emociones

Comprender las emociones y sentimientos propios también es una habilidad relevante para sostener relaciones saludables. Pues entender cómo nos sentimos, permite que podamos escuchar y comprender las emociones de los demás.

Esta capacidad se conoce también como inteligencia emocional. Facilita las relaciones interpersonales, ya que nos permite conocer nuestras emociones y poder manejarlas.

5 pasos para lograr la plenitud en las relaciones interpersonales

Sé respetuoso.

El respeto es un pilar fundamental de las relaciones interpersonales saludables. No importa el contexto ni la etapa de vida en la que te encuentres.

Tiene que ver con la consideración a los demás. Así como con la escucha y la comprensión de sus dificultades, sentimientos y opiniones. Aun cuando sean diferentes a los tuyos. Para el psicólogo Francisco Vásquez de la Hoz (2016), el respeto es la primera característica de las relaciones humanas de calidad.

Entrena tu capacidad para escuchar a los demás.

Según Vásquez, la escucha distingue las relaciones saludables. Forma parte de la comunicación efectiva y afectiva. El “uso adecuado y oportuno de la palabra y el silencio con compromiso verdadero por crear tiempos y espacios para la comunicación franca”. Es decir, una comunicación “de doble vía, que sea honesta, respetuosa y abierta sin ambigüedades”.

Fortalece tu empatía.

Escuchar y ser empático están estrechamente relacionados. Para mantener relaciones interpersonales saludables es imperativo que te pongas en el lugar de los demás. De esta forma, comprenderás su visión de la realidad y su situación.

Sé amable y apela siempre al buen trato.

Recuerda que las relaciones interpersonales persiguen el bienestar de las partes implicadas. Por tanto, apuesta siempre por un comportamiento que favorezca la integridad de los otros. Para ello, Vásquez recomienda tres acciones. La primera se refiere a concentrarse en los aspectos positivos de los demás. La segunda, a reconocer y elogiar esos aspectos o comportamientos positivos. El último, verbalizar los sentimientos hacia las otras personas; decir te quiero o te amo, por ejemplo.

Dedicar tiempo para mantener el contacto.

Las relaciones interpersonales se nutren de las experiencias compartidas. También del contacto constante. Por ello, es importante dedicar tiempo para saber de los demás. Un mensaje, una llamada o una visita son elementos que permiten enriquecer y estrechar los lazos con los demás.

Relaciones interpersonales para el bienestar

Durante toda la vida, estás expuesto a conocer personas y establecer relaciones interpersonales. Bien sea en la juventud o en la etapa adulta, la interacción con otros te aporta muchos beneficios. No obstante, debes apostar por la calidad de tus relaciones interpersonales. La idea es que disfrutes de los vínculos que estableces con los demás. Que tus relaciones garanticen bienestar, tanto para ti como para las personas con las cuales interactúas. Lograrlo requiere que cada contribuya con lo mejor de sí mismo.

Referencias Bibliográficas 

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