En esta época donde hemos estado mucho tiempo en casa, podemos descuidar nuestra nutrición y quizá consumir un poco más de alimentos, lo que hace que podamos padecer algunas enfermedades del sistema digestivo.
Según The National Institute of Diabetes and digestive (2020), el aparato digestivo está formado por el tracto gastrointestinal, también llamado tracto digestivo, el hígado, el páncreas y la vesícula biliar. Los órganos huecos que componen el tracto gastrointestinal son la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso y el ano. El hígado, el páncreas y la vesícula biliar son los órganos sólidos del aparato digestivo. La digestión es importante porque el cuerpo necesita los nutrientes provenientes de los alimentos y bebidas para funcionar correctamente y mantenerse sano.
Por eso, hoy queremos contarte cuales son las enfermedades del sistema digestivo más comunes e invitarte a que tengas en cuenta las recomendaciones de cómo evitarlas o si las padeces, no te preocupes, es posible convivir con ellas sin que afecten tu día a día.
Síntomas de las enfermedades del sistema digestivo
The Desmoines University (2020) presenta en su más reciente informe algunos de los síntomas.
- Estreñimiento
- Distensión abdominal
- Diarrea
- Nauseas
- Acidez
- Dolor abdominal
- Perdida o aumento de peso
- Problemas para tragar
- Sangrado al ir al baño
Pero, cómo reconocer cuál enfermedad digestiva podrías estar padeciendo. Aquí te explicamos cada una, de acuerdo al informe presentado por
The Desmoines University (2020):
Reflujo:
Es un trastorno en el que el ácido del estómago circula en sentido contrario y pasa al esófago, generando una irritación. Se da por la debilidad entre el esófago y el estómago lo que hace que el ácido del estómago se refluya (devuelva).
Ulcera péptica:
Éstas se desarrollan al interior del estómago o en la parte superior del intestino delgado. Son llagas abiertas que provocan dolor de estómago y su causa más frecuente es una bacteria llamada ‘Helicobacter pylori’. Mito: las ulceras no se dan por comidas picantes o estrés, sin embargo, estos si las empeoran.
Hernia:
Es un bulto doloroso que se evidencia a través de los músculos abdominales. Generalmente no es peligroso, sin embargo, algunas veces si desemboca en algo más grave cuando al generar mucho dolor, no son operadas a tiempo.
Celiquia:
También conocida como enfermedad celiaca, es un trastorno del sistema inmune que hace que la persona no pueda consumir gluten, ya que puede dañar su intestino delgado y no absorber los nutrientes. Esto es algo complejo ya que en la mayoría de alimentos de consumo diario hay este ingrediente. Aunque no tiene cura como tal, sí se puede llevar una vida sin dolor implementando una dieta sin gluten.
Intolerancia a la lactosa:
Cuando la persona no dispone de la proteína encargada de digerir el azúcar (en forma de lactosa) de la leche se produce esta enfermedad. Se puede vivir con ella vigilando la dieta para evitar malestares como la diarrea, gases, hinchazón, náuseas, etc.
Gastritis:
Es la inflamación de la mucosa que recubre las paredes del estómago. Ésta puede provocarla algunos fármacos; el abuso de alcohol, o sustancias corrosivas como algún tipo de veneno o la bacteria ‘Helicobacter Pylori’.
Apendicitis:
Inflamación del apéndice. Sucede por un bloqueo al interior de éste que si no se trata en poco tiempo, podría ‘explotar’ causando una infección.
Síndrome de colon irritable:
Puede ocasionarse por un exceso de bacterias en el intestino o luego de un episodio grave de diarrea a causa de un virus.
Cirrosis:
Enfermedad degenerativa del hígado que se desarrolla a menudo por enfermedades autoinmunitarias del hígado como Hepatitis o cirrosis.
Si padeces alguna de las anteriores o podrías estar propenso a ellas, te contamos cuáles son esos hábitos saludables que podrías adquirir o algunos que podrías mejorar para llevar un estilo de vida acorde con tus necesidades.
Etas son algunas recomendaciones para evitar las enfermedades del sistema digestivo: (UCB,2020)
1. Mantén un equilibrio al comer:
Comer en exceso, y hacerlo más por ansiedad que por hambre, solo hará que tengas mayor riesgo de adquirir enfermedades, no solo estomacales sino del corazón.
2. Ejercicio físico:
La digestión tiene que ver con el movimiento. El ejercicio contribuye precisamente a la misma. Existen muchos factores que te impiden una buena digestión, por ejemplo: comer rápido, consumir alcohol, distraerte mientras te alimentas o ingerir comidas muy pesadas. El ejercicio además de divertido puede ayudarte a mejorarla.
3. Evita las grasas:
Si las consume exageradamente, estás más predispuesto a una pancreatitis o cólico biliar. En el peor de los casos a una colitis infecciosa. (Hospital Vernaza, 2013) La invitación no es a eliminarlas totalmente, pero si a disminuir un poco su consumo para así notar cambios positivos en tu salud.
4. Disminuye el uso de condimentos:
A menudo estos irritan la mucosa del estómago y podrás sufrir desde una indigestión hasta una gastritis crónica.
5. No consumas alimentos guardados:
Es muy común en algunos hogares almacenar comida, pero debes saber que esta rutina no es buena ya que la intoxicación por comida generalmente, es causada por una bacteria que contaminó tus alimentos (Mosley, 2020)
6. Aliméntate adecuadamente:
Escoger una alimentación correcta te permitirá tener una mejor calidad de vida, sentirte sano, con energía y llena de nutrientes que le darán a tu cuerpo lo que necesita.
7.Incorpora hábitos de higiene:
Un foco grande de infección son las manos y con ellas cogemos muchos de los alimentos que nos llevamos a nuestra boca; por eso es importante tener una buena higiene tanto de nuestras manos como realizar el respectivo lavado a los alimentos que vayamos a consumir, garantizando así que bacterias como la salmonella no ingresen a nuestro organismo.
Dato: La Organización mundial de la salud (2020) afirma que ‘’las enfermedades de transmisión alimentaria abarcan un amplio espectro de dolencias y constituyen un problema de salud pública creciente en todo el mundo. Se deben a la ingestión de alimentos contaminados por microorganismos o sustancias químicas’’.
8.Evita el estrés:
Quizá no veas la conexión entre llevar una vida tranquila y tu estómago, pero esto si influye positivamente en tu nutrición; ya que grandes cantidades de nerviosismo y preocupación generan enfermedades digestivas como úlceras o síndrome de colon irritable.
9. Respeta tus horarios de comida:
comer a deshoras o saltarte una de las comidas del día solo desencadenará en molestias para tu estómago. Si por algún motivo no puedes tomar el desayuno, almuerzo o cena, consume al menos una fruta hasta que puedas hacerlo.
Finalmente, la recomendación es a asistir constantemente a tu médico. Recuerda que si estás padeciendo alguna de estas enfermedades debe ser tratada por un profesional de la salud que te guiará de manera correcta para que puedas recuperarte de la mejor manera.
Llevar un estilo de vida donde una correcta alimentación sea tu prioridad, realices ejercicio de manera constante y reduzcas el estrés en tu día a día, te permitirá notar cambios en tu salud y las enfermedades digestivas serán cosa del pasado.
Referencias Bibliográficas
- Mosley, M. (2016), ¿Cuándo es peligroso recalentar la comida? Periódico BBC News mundo, edición online.
- National Institute of Diabetes and digestive and Kidney diseases, (s.f.) .(2018) El aparato digestivo y su funcionamiento
- Organización mundial de la salud, (s.f.) Enfermedades de transmisión alimentaria